TIPOS DE RESIDUOS
Dada la cantidad de tipos de materiales y utilización de los residuos se hace necesaria una clasificación, por tanto, los residuos se clasifican en:
1. Residuos sólidos urbanos:
Los Residuos Sólidos Urbanos (RSU) son los que se originan en la actividad doméstica y comercial de ciudades y pueblos. En los países desarrollados en los que cada vez se usan más envases, papel, y en los que la cultura de "usar y tirar" se ha extendido a todo tipo de bienes de consumo, las cantidades de basura que se generan han ido creciendo hasta llegar a cifras muy altas.
Composición de los RSU
Los residuos producidos por los habitantes urbanos comprenden basura, muebles y electrodomésticos viejos, embalajes y desperdicios de la actividad comercial, restos del cuidado de los jardines, la limpieza de las calles, etc. El grupo más voluminoso es el de las basuras domésticas.
La basura suele estar compuesta por:
• Materia orgánica.- Son los restos procedentes de la limpieza o la preparación de los alimentos junto la comida que sobra.
• Papel y cartón.- Periódicos, revistas, publicidad, cajas y embalajes, etc.
• Plásticos.- Botellas, bolsas, embalajes, platos, vasos y cubiertos desechables, etc.
• Vidrio.- Botellas, frascos diversos, vajilla rota, etc.
• Metales.- Latas, botes, etc.
• Otros
En las zonas más desarrolladas la cantidad de papel y cartón es más alta, constituyendo alrededor de un tercio de la basura, seguida por la materia orgánica y el resto. En cambio si el país está menos desarrollado la cantidad de materia orgánica es mayor -hasta las tres cuartas partes en los países en vías de desarrollo- y mucho menor la de papeles, plásticos, vidrio y metales.
Cantidad de RSU
En España la cantidad de RSU generada por habitante y día es de alrededor de 1 kilogramo en las ciudades grandes y medianas, y algo menor en ciudades pequeñas y pueblos. En las zonas rurales se aprovechan mejor los residuos y se tira menor cantidad, mientras que las ciudades y el mayor nivel de vida fomentan el consumo y la producción de basura. En EEUU la media es de más de 2 kilogramos por habitante y día.
Para un buen diseño de recogida y tratamiento de las basuras es necesario tener en cuenta, además, las variaciones según los días y las épocas del año. En los lugares turísticos las temporadas altas suponen una aumento muy importante en los residuos producidos. También épocas especiales como fiestas y ferias, acontecimientos deportivos importantes, etc. se notan en la cantidad de basura. En verano la proporción de materia orgánica suele ser mayor, mientras que en invierno aumenta la proporción de cenizas.
Cataluña es la comunidad autónoma que más residuos incinera en España con el consiguiente daño ambiental, según denunció Greenpeace en su informe "La situación de las basuras en España". El trabajo analiza los datos oficiales más recientes del Ministerio de Medio Ambiente y saca a la luz la realidad que se desprende de su estudio en profundidad.
El análisis por Comunidades Autónomas indica que Cataluña genera el 17,22% de los residuos generados en todo el Estado. Considerando que Cataluña incinera el 20,18% de sus basuras, es la CCAA que más contribuye al cómputo estatal de residuos quemados en incineradora. Sin embargo, el compostaje de materia orgánica es casi simbólico, ya que solamente el 0,42% de sus residuos acaban convertidos en compost. Ante este panorama Cataluña necesita un cambio de modelo en el que prioricen políticas de prevención y reciclaje. El cierre de las incineradoras de Montcada y de Lleida podría suponer una tendencia hacia el fin de la incineración en Cataluña posibilitando el cambio de modelo.
A pesar de que las legislaciones comunitarias sobre residuos aumentan y priorizan la prevención de la producción de residuos no está resultando eficaz. Desde 1996 hasta los últimos datos de que se disponen, 2003, el crecimiento total de residuos urbanos en España ha sido del 40%. El informe analiza también la evolución de la producción de residuos por habitante y día, para eliminar el crecimiento derivado del aumento de población. En este caso observamos que hemos pasado de generar 1,06 Kg. diarios a 1,38g, un aumento del 29,35%. El Plan Nacional de Residuos 2000-2006 establecía como objetivo reducir los residuos a la cota de 1996. Los datos oficiales demuestran que la cantidad de residuos que generamos no sólo no han disminuido, sino superan en casi el 30% ese objetivo.
Según los datos del Ministerio de Medio Ambiente, la recuperación de estos residuos (a través del tratamiento de la materia orgánica y de la recogida selectiva) es del 36,56%. La realidad es muy distinta. El 89% de los residuos que se derivan a compostaje (28,14% del total) se rechazan a la entrada de planta y, por lo tanto, no se recuperan. En España sólo se recuperan el 11,5% de los residuos. El 88,5% de los residuos urbanos generados acaban quemados en incineradora o enterrados en vertederos. Además todo lo que se recoge de forma selectiva no se recicla. Por tanto, no sabemos qué tanto por ciento de ese 11,5% de residuos recuperados se aprovechan realmente.
Ante esta realidad, Greenpeace concluye que el actual modelo de gestión de basuras en España es un fracaso y que no se están respetando los objetivos que se establecen en los planes, ni en muchos casos la legislación vigente.
Además, es preocupante el beneficioso negocio que ha surgido entorno a las basuras y que está bloqueando la resolución del problema. El caso más evidente es el de la incineración de residuos, que aún siendo un tratamiento de eliminación y no de recuperación, resurge como respuesta política al problema de los residuos en muchos lugares de España, con fuertes subvenciones. Otro de los negocios lo protagonizan consorcios como Ecoembes que recaudan el 100% de la tasa que pagamos por los envases cuando sólo se recuperan a través del contenedor amarillo el 4,2% de los envases domésticos.
Greenpeace exige que se defina, de cara al Plan Nacional de Residuos que habrá de entrar en vigor en 2007, un cambio de modelo. Este nuevo modelo se debe fundamentar en el principio de Residuo Cero, cuyo objetivo es alcanzar la recuperación de todos los materiales que se encuentran en las basuras. "Hoy por hoy el único modelo que reduce el problema de las basuras es el que aplica el principio de residuo cero y que ya se está aplicando con éxito en países como Alemania o Suiza. España no puede permitirse seguir poniendo parches a este grave problema ambiental", ha declarado Juan López de Uralde, director ejecutivo de Greenpeace.
Las medidas que se deben adoptar para alcanzar el objetivo Residuo Cero pasan por:
• La recogida selectiva de la materia orgánica y su aprovechamiento
• fortalecer la reutilización, reimplantando, por ejemplo, los sistemas de depósito, devolución y retorno de los envases
• que los fabricantes se responsabilicen de sus productos durante todo el ciclo de vida, incluida la gestión de los residuos que generen
• que se establezcan tasas para todos los residuos que se desaprovechen (eliminen) que financien políticas de prevención y producción limpia
Recogida y tratamiento de los RSU
Gestionar adecuadamente los RSU es uno de los mayores problemas de muchos municipios en la actualidad. El tratamiento moderno del tema incluye varias fases:
• Recogida selectiva.- La utilización de contenedores que recogen separadamente el papel y el vidrio está cada vez más extendida y también se están poniendo otros contenedores para plásticos, metal, pilas, etc. En las comunidades más avanzadas en la gestión de los RSU en cada domicilio se recogen los distintos residuos en diferentes bolsas y se cuida especialmente este trabajo previo del ciudadano separando los diferentes tipos de basura. En esta fase hay que cuidar que no se produzcan roturas de las bolsas y contenedores, colocación indebida, derrame de basuras por las cales, etc. También se están diseñando camiones para la recogida y contenedores con sistemas que facilitan la comodidad y la higiene en este trabajo.
• Recogida general.- La bolsa general de basura, en aquellos sitios en donde no hay recogida selectiva, o la que contiene lo que no se ha puesto en los contenedores específicos, se deposita en contenedores o en puntos especiales de las calles y desde allí es transportada a los vertederos o a las plantas de selección y tratamiento.
• Plantas de selección. En los vertederos más avanzados, antes de tirar la basura general, pasa por una zona de selección en la que, en parte manualmente y en parte con máquinas se le retiran latas (con sistemas magnéticos), cosas voluminosas, etc.
• Reciclaje y recuperación de materiales.- Lo ideal sería recuperar y reutilizar la mayor parte de los RSU. Con el papel, telas, cartón se hace nueva pasta de papel, lo que evita talar nuevos árboles. Con el vidrio se puede fabricar nuevas botellas y envases sin necesidad de extraer más materias primas y, sobre todo, con mucho menor gasto de energía. Los plásticos se separan, porque algunos se pueden usar para fabricar nueva materia prima y otros para construir objetos diversos.
• Compostaje.- La materia orgánica fermentada forma el "compost" que se puede usar para abonar suelos, alimentar ganado, construir carreteras, obtener combustibles, etc. Para que se pueda utilizar sin problemas es fundamental que la materia orgánica no llegue contaminada con sustancias tóxicas. Por ejemplo, es muy frecuente que tenga exceso de metales tóxicos que hacen inútil al compost para usos biológicos al ser muy difícil y cara su eliminación.
• Vertido.- El procedimiento más usual, aunque no el mejor, de disponer de las basuras suele ser depositarlas en vertederos. Aunque se usen buenos sistemas de reciclaje o la incineración, al final siempre quedan restos que deben ser llevados a vertederos. Es esencial que los vertederos estén bien construidos y utilizados para minimizar su impacto negativo. Uno de los mayores riesgos es que contaminen las aguas subterráneas y para evitarlo se debe impermeabilizar bien el suelo del vertedero y evitar que las aguas de lluvias y otras salgan del vertedero sin tratamiento, arrastrando contaminantes al exterior. Otro riesgo está en los malos olores y la concentración de gases explosivos producidos al fermentar las basuras. Para evitar esto se colocan dispositivos de recogida de gases que luego se queman para producir energía. También hay que cuidar cubrir adecuadamente el vertedero, especialmente cuando termina su utilización, para disminuir los impactos visuales.
• Incineración.- Quemar las basuras tiene varias ventajas, pero también algún inconveniente. Entre las ventajas está el que se reduce mucho el volumen de vertidos (quedan las cenizas) y el que se obtienen cantidades apreciables de energía. Entre las desventajas el que se producen gases contaminantes, algunos potencialmente peligrosos para la salud humana, como las dioxinas. Existen incineradoras de avanzada tecnología que, si funcionan bien, reducen mucho los aspectos negativos, pero son caras de construcción y manejo y para que sean rentables deben tratar grandes cantidades de basura.
2. Residuos industriales:
La industria genera una gran cantidad de residuos muchos de los cuales son recuperables. El problema está en que las técnicas para aprovechar los residuos y hacerlos útiles son caras y en muchas ocasiones no compensa económicamente hacerlo. De todas formas, está aumentando la proporción de residuos que se valorizan para usos posteriores.
Residuos industriales inertes y asimilables a los RSU
Los residuos inertes son escombros, gravas, arenas y demás materiales que no presentan riesgo para el ambiente. Hay dos posibles tratamientos para estos materiales: reutilizarlos como relleno en obras públicas o construcciones o depositarlos en vertederos adecuados. El principal impacto negativo que pueden producir es el visual, por o que se debe usar lugares adecuados, como canteras abandonadas o minas al aire libre y se deben recubrir con tierra y plantas para reconstruir el paisaje.
Los residuos similares a los sólidos urbanos que se producen en las industrias suelen ser recogidos y tratados de forma similar al resto de los RSU.
Residuos peligrosos
Son las sustancias que son inflamables, corrosivas, tóxicas o pueden producir reacciones químicas, cuando están en concentraciones que pueden ser peligrosas para la salud o para el ambiente.
El impacto negativo de estas sustancias se ve agravado cuando son difíciles de degradar en la naturaleza. Los ecosistemas naturales están muy bien preparados, por millones de años de evolución, para asimilar y degradar las sustancias naturales. Siempre hay algún tipo de microorganismo o de proceso bioquímico que introduce en los ciclos de los elementos las moléculas. Pero en la actualidad se sintetizan miles de productos que nunca habían existido antes y algunos de ellos, como es el caso de los CFC, DDT, muchos plásticos, etc. permanecen muchos años antes de ser eliminados. Además al salir tantas moléculas nuevas cada año, aunque se hacen ensayos cuidadosos para asegurar que se conocen bien sus características, no siempre se sabe bien que puede suceder con ellos a medio o largo plazo.
Otro hecho que aumenta el daño es la bioacumulación que se produce en sustancias, como algunos pesticidas del grupo del DDT. En otras ocasiones los residuos se transforman en sustancias más tóxicas que ellos mismos.
Residuos tóxicos y peligrosos (según las directivas de la Unión Europea) son los que contienen en determinadas concentraciones:
• As, Cd, Be, Pb, Se, Te, Hg, Sb y sus compuestos
• Compuestos de cobre solubles
• Fenol, éteres, solventes orgánicos, hidrocarburos policíclicos aromáticos cancerígenos
• Isocianatos, cianuros orgánicos e inorgánicos
• Biocidas y compuestos fito farmacéuticos
• Compuestos farmacéuticos
• Polvo y fibras de asbesto
• Peróxidos, cloratos y percloratos
• Carbonilos de metales
• Acidos y bases usados en el tratamiento de metales
• Compuestos de cromo hexavalente
• Organohalogenados no inertes
• Alquitranes
• Materiales químicos de laboratorio no identificados o nuevos compuestos de efectos ambientales no conocidos
En la legislación española se añaden a esta lista:
• Talio y sus compuestos
• Los residuos procedentes d la industria del dióxido de titanio
• Los aceites usados minerales o sintéticos, incluyendo las mezclas agua-aceite y las emulsiones.
Producción de residuos peligrosos
La industria que contribuye más a la producción de este tipo de residuos, en España, es la química, responsable de alrededor de un tercio de todos los que se generan (ver Lindano). Después se sitúan la del automóvil (11%), la metalurgia (10%), seguidas por la industria papelera, alimentaria y de la piel.
Las zonas que más residuos de este tipo producen son, lógicamente, las más industrializadas, con Cataluña (24%), País Vasco (16%), Asturias (15%) y Galicia (15%). Alrededor de un tercio de los residuos peligrosos que se producen son eliminados en el mismo lugar de su formación por las empresas productoras.
Gestión
La primera medida que se debe considerar siempre es si es posible generar menos residuos o aprovecharlos en otros procesos de fabricación. Continuamente están saliendo nuevas tecnologías que permiten fabricar con menor producción de residuos, lo que tiene la ventaja de que los costes se reducen porque se desperdicia menos materia prima y no hay que tratar tanto residuo. En la actualidad, en la mayor parte de los sectores industriales, existen tecnologías limpias y el problema es más de capacidad de invertir de las empresas y de formación en los distintos grupos de trabajadores que de otro tipo. Muchas empresas están reduciendo llamativamente la emisión de contaminantes y la generación de residuos, ahorrándose así mucho dinero.
Pero al final de los procesos industriales siempre se generan más o menos residuos. Con la tecnología actual sería posible reducir el impacto negativo de cualquier contaminante a prácticamente cero. Pero hacerlo así en todos los casos sería tan caro que paralizaría otras posibles actividades. Por eso, en la gestión de los residuos tóxicos se busca tratarlos y almacenarlos de forma que no resulten peligrosos, dentro de un costo económico proporcionado. Esto se consigue con diversos procedimientos, dependiendo de cual sea el tipo de residuo. Así tenemos:
Tratamientos físicos, químicos y biológicos.- Consiste en someter al residuo a procesos físicos (filtrado, centrifugado, decantado, etc.); biológicos (fermentaciones, digestiones por microorganismos, etc.) o químicos (neutralizaciones, reacciones de distinto tipo). De esta forma se consigue transformar el producto tóxico en otros que lo son menos y se pueden llevar a vertederos o usar como materia prima para otros procesos. Las plantas de tratamiento tienen que estar correctamente diseñadas para no contaminar con sus emisiones.
Tratamientos de los RSU: Los ya mencionados anteriormente
3. Residuos agrarios:
Se incluye en este grupo los residuos de las actividades del llamado sector primario de la economía (agricultura, ganadería, pesca, actividad forestal y cinegética) y los producidos por industrias alimenticias, desde los mataderos y las empresas lácteas hasta las harineras y el tabaco.
La mayor parte de los residuos de estas actividades son orgánicos: ramas, paja, restos de animales y plantas, etc. Muchos de ellos se quedan en el campo y no se pueden considerar residuos porque contribuyen de forma muy eficaz a mantener los nutrientes del suelo. En algunos bosques aumentan el riesgo de incendio, pero desde el punto de vista de la ecología, retirar toda la materia orgánica disminuye la productividad y retrasa la maduración del ecosistema.
Algunas granjas intensivas y muchas industrias conserveras, aceiteras o similares generan residuos mucho más contaminantes que, por su gran volumen o su toxicidad, exigirían tratamientos especiales y caros.
Tratamiento de los residuos agrarios
En las prácticas agrícolas y ganaderas tradicionales casi todos los restos se aprovechaban. Se quemaban para obtener energía; se usaban para abonar los campos; la paja servía para alimentar al ganado, etc.
Los métodos modernos de explotación del campo han convertido en residuos muchos de estos restos antes aprovechables. Ya no hay ganado que trabaje los campos y la paja ha perdido su valor porque es más rentable alimentar al ganado con piensos compuestos; los abonos químicos son más baratos que los orgánicos que exigen ser manipulados.
La principal dificultad para un aprovechamiento adecuado de estos residuos es la económica y por eso se deben pensar incentivos que faciliten su uso. Ayudas a la agricultura ecológica que usa abonos naturales o al uso de la biomasa para obtener energía.
Otra dificultad importante para la adecuada gestión de estos residuos es el tamaño y la dispersión de las explotaciones que muchas veces no tienen capacidad económica suficiente para tratarlos bien y se convierten en importantes fuentes de contaminación.
Producción de biogás
Los residuos de estas actividades tienen una alto contenido energético. Antes se aprovechaban quemándolos, pero en la actualidad una experiencia muy positiva en algunas regiones ha sido la obtención de gas metano por la fermentación de la biomasa.
Los restos orgánicos de las explotaciones se acumulan en un reactor en el que fermentan. En este proceso se produce gas metano que se quema para dar energía. Si el tamaño de la explotación es suficiente puede abastecerse de energía y en los países del tercer mundo está siendo la fuente principal de energía de muchas familias que no tienen acceso a suministros comerciales de combustible o electricidad
4. Residuos sanitarios:
TIPOS DE R SANITARIOS:
Grupo I. Residuos asimilables a municipales
Son aquellos que, aunque se han generado en los centros sanitarios, no tienen nada que ver con la actividad sanitaria y que, por lo tanto, no plantean exigencias especiales en su gestión. En este grupo se incluyen los residuos asimilables a urbanos (cartón, papel, material de oficinas y despachos, cocinas , bares, comedores, jardinería y otros); este grupo supone del orden del 50% de los residuos generados en un centro sanitario.
Grupo II. Residuos sanitarios no específicos
Son aquellos que, aunque se han generado como consecuencia de la actividad sanitaria, no representan mayor riesgo para la salud y el medio ambiente que los residuos sólidos urbanos.
Estos residuos están sujetos a requerimientos adicionales exclusivamente en el ámbito del centro sanitario. Estos R incluyen material de curas, yesos, ropas y material de un solo uso, contaminados con sangre, secreciones y/o excreciones. Estos residuos suponen del orden del 40% de los R generados en un centro sanitario. La recogida de los RS del grupo II (no específicos) se llevará a cabo mediante bolsas de polietileno de galga adecuada, nunca inferior a 220 mg/cm 2 , debidamente acreditadas por el Departament de Sanitat i Seguretat Social
Grupo III. Residuos sanitarios específicos o de riesgo
Son residuos con los que se han de observar medidas de prevención en su manipulación, recogida, almacenamiento, transporte, tratamiento y disposición, tanto dentro como fuera del centro generador. Estos residuos suponen menos del 10% de la totalidad de los R generados en un centro sanitario. En este grupo se incluyen:
o residuos sanitarios infecciosos.
o agujas y material punzante y cortante.
o cultivos y reservas de agentes infecciosos.
o residuos de animales inoculados biológicamente.
o vacunas vivas y atenuadas.
o sangre y hemoderivados en forma líquida contenida en recipientes.
o residuos anatómicos.
Los residuos del grupo III (residuos sanitarios específicos o de riesgo) se depositarán en recipientes rígidos, herméticos y rotulados con la indicación "Residuos de riesgo". Los residuos cortantes y punzantes se recogerán en recipientes rígidos más pequeños, identificados con el letrero "Residuos de riesgo".
Los residuos sanitarios específicos líquidos correspondientes a muestras de sangre, hemoderivados y otros líquidos biológicos que no puedan ser vertidos por el desagüe, se recogerán en recipientes rígidos impermeables y herméticos.
Grupo IV. Residuos tipificados en normativas singulares, citotóxicos
La gestión de estos residuos está sujeta a requerimientos especiales desde el punto de vista higiénico y medioambiental, tanto dentro como fuera del centro generador. Este grupo incluye: Residuos citotóxicos. Residuos químicos. Medicamentos caducados. Aceites minerales y sintéticos. Residuos de laboratorios radiológicos. Residuos radioactivos. Los citotóxicos , residuos del grupo IV, se depositarán en recipientes rígidos de polietileno o poliestireno, de un solo uso y herméticos, rotulados con la indicación "Material contaminado químicamente. Citotóxicos".
La normativa considera RS a los que están incluidos en el grupo II, grupo III y los citotóxicos de entre los del grupo IV.
TRANSPORTE
El transporte de los RS deberá tener en cuenta criterios de responsabilidad, agilidad, rapidez, asepsia, inocuidad y seguridad. Los residuos recogidos en las diferentes zonas del centro se transportarán al almacén central de RS del mismo centro. El personal que transporta los residuos tendrá que protegerse con guantes que sean resistentes a los pinchazos y que no se puedan perforar. Los contenedores y los sistemas de transporte que hayan contenido residuos de riesgo se desinfectarán después de cada operación. Se delimitarán y definirán zonas intermedias de almacenamiento de los residuos, convenientemente señalizadas, en donde se depositarán en espera de su recogida y traslado al almacén central. Los RS se podrán almacenar dentro del mismo centro sanitario durante un período máximo de 72 horas, prorrogable a una semana en centros hospitalarios y por un período máximo de 1 mes en centros sanitarios extrahospitalarios. El lugar de almacenamiento debe estar ventilado, ser espacioso, estar bien iluminado y debidamente señalizado y estar acondicionado para poder realizar la desinfección y limpieza correspondiente.
El almacén tiene que poderse cerrar, tener fácil acceso desde el exterior y estar protegido de la intemperie, de las temperaturas elevadas y de los animales.
NORMAS Y PRECAUCIONES
Los productores y/o poseedores de RS adoptarán las medidas necesarias para asegurar que la gestión se haga de acuerdo con lo que establece la normativa de RS. Los decretos y normas que avalan el Programa de Gestión Intracentro de Residuos Sanitarios (PGIRS), se interpretan como un instrumento para facilitar y garantizar la correcta gestión de estos residuos. Es necesario que la definición, aplicación y consolidación de un nuevo sistema de gestión intracentro de RS sea objeto de un Plan formal por escrito, debidamente elaborado, en donde participen todos los profesionales implicados en la gestión de estos residuos. Este Plan tendrá que ser convenientemente analizado y consensuado por todas las partes implicadas.
• Designación de los responsables del plan
• Análisis de la situación actual
• Elaboración y redacción
• Puesta en marcha
• Control y seguimiento
Todos los centros, servicios y/o establecimientos sanitarios y sociosanitarios que generan RS específicos deben tener y llevar al día el libro de registro del control de residuos sanitarios, en el que han de hacer constar todos los datos referentes a los residuos generados (fecha de cesión a un gestor de residuos autorizado, número de la hoja de seguimiento, volumen, incidencias y otros).
PRECAUCIONES ESPECIALES
Para evitar posibles riesgos, es imprescindible el sentido común y la responsabilidad de todas las personas que intervengan en la gestión de los RS. Por esto, se deben observar varias normas elementales que, si no se cumplen, pueden repercutir directamente en nosotros mismos y en terceras personas implicadas en el proceso. * No se han de depositar en un mismo recipiente residuos de diferente grupo, según la clasificación establecida. * Es peligroso depositar material punzante y cortante en las bolsas. * No se han de compactar nunca las bolsas y los recipientes. * No se han de traspasar los residuos de un recipiente a otro. * No se han de transportar las bolsas abiertas ni tampoco arrastrarlas por el suelo. * No se han de recapsular las agujas. * No se ha de hurgar dentro de las bolsas y recipientes. * No se han de rellenar en exceso las bolsas y los recipientes. * Se ha de trabajar siempre con los guantes puestos. * Se han de lavar las manos con agua y jabón al finalizar el trabajo o cuando se cambia de actividad.
En la gestión interna de los RS se sucede un cúmulo de actividades previstas y ordenadas. Nuestro objetivo es hacer una clasificación correcta, ya que esto evitará riesgos innecesarios y nos beneficiará a todos.
GESTIÓN EXTRACENTRO
La ley 6/1993, de 15 de julio, (DOGG 1776, de 28 de julio) reguladora de los residuos, que es una ley pionera del estado español incluye los residuos sanitarios y tiene como objetivos: la reducción en origen, la valoración del residuo como recurso y la recogida selectiva, además de los sistemas de eliminación de desechos que sean respetuosos con el medio. De entre las disposiciones legales antes mencionadas destacan las obligaciones siguientes para los productores de residuos sanitarios :
• darse de alta como productor.
• utilizar envases homologados por el Departament de Sanitat para cada grupo.
• enviar los residuos a una planta autorizada por la Junta de Residuos, cumplimentando la ficha de aceptación cuando se trate de los grupos III y citotóxicos.
• valerse de transportistas autorizados por la Junta de Residuos y cumplimentar la hoja de seguimiento para los residuos del grupo III y citotóxicos.
TRATAMIENTO
Los residuos de riesgo del grupo III se recogen en envases acreditados, y son tratados en una de las dos plantas autorizadas en Cataluña, en donde se esterilizan mediante autoclave y posterior trituración-compactación, momento a partir del cual ya son asimilables a residuos municipales. El autoclave está diseñado para introducir tres carros de una capacidad de 1 m3, aproximadamente, quedando herméticamente cerrados en una habitación de autoclave, en donde, después de hacer el vacío, se introduce vapor a 134 ºC y a 2,2 atmósferas de presión. Los contenedores de residuos sanitarios introducidos en los carros de acero inoxidable permiten la entrada del vapor y, a los 15 minutos, todo el contenido queda esterilizado, es decir, sin elementos vivos ni esporas que puedan ser viables en el futuro. Posteriormente, los residuos que no han sufrido ninguna transformación química y que sólo han perdido su actividad biológica, son triturados y compactados, quedando como residuos asimilables a municipales. ¿Por qué se ha escogido la esterilización mediante autoclave en lugar de la incineración u otros métodos de esterilización?
• porque es un método de tratamiento físico que no afecta al medio ambiente.
• porque es un método contrastado con éxito en diferentes países de Europa, en los EUA y en Canadá.
• porque el autoclave industrial es un proceso bien conocido en Cataluña gracias a la industria alimentaria y textil.
• porque las otras opciones no cuentan con experiencias demasiado fiables (microondas, ultrasonidos, etc...).
Residuos citotóxicos: . Los residuos citotóxicos son restos de medicamentos capaces de detener el crecimiento celular, los cuales se utilizan en medicina para tratar algunos enfermos con cáncer; se trata de productos químicos que, a dosis suficientes, pueden causar alteraciones del material genético de los seres vivos. Por lo tanto, es imprescindible tratar los restos no utilizables, el material que ha estado en contacto con ellos y todo producto derivado de la investigación biomédica de esta naturaleza.
Este tipo de residuos se deben tratar en incineradoras de residuos especiales que están diseñadas para llegar a los 1100 ºC y que disponen de depuración de los gases producidos.
5. Residuos radioactivos:
Elementos radiactivos de distinto tipo se emplean en muy variadas actividades. Las centrales de energía nuclear son las que mayor cantidad de estos productos emplean, pero también muchas aplicaciones de la medicina, la industria, la investigación, etc. emplean isótopos radiactivos y, en algunos países, las armas nucleares son una de las principales fuentes de residuos de este tipo.
Dos características hacen especiales a los residuos radiactivos:
Su gran peligrosidad. Cantidades muy pequeñas pueden originar dosis de radiación peligrosas para la salud humana
Su duración. Algunos de estos isótopos permanecerán emitiendo radiaciones miles y decenas de miles de años
Así se entiende que aunque la cantidad de este tipo de residuos que se producen en un país sea comparativamente mucho menor que la de otros tipos, sus tecnologías y métodos de tratamiento sean mucho más complicados y difíciles.
Tipos de residuos radiactivos
Hay dos grandes grupos de residuos radiactivos:
a) Residuos de alta actividad.- Son los que emiten altas dosis de radiación. Están formados, fundamentalmente, por los restos que quedan de las varillas del uranio que se usa como combustible en las centrales nucleares y otras sustancias que están en el reactor y por residuos de la fabricación de armas atómicas. También algunas sustancias que quedan en el proceso minero de purificación del uranio son incluidas en este grupo. En las varillas de combustible gastado de los reactores se encuentran sustancias como el plutonio 239 (vida media de 24 400 años), el neptuno 237 (vida media de 2 130 000 años) y el plutonio 240 (vida media de 6 600 años). Se entiende que el almacenamiento de este tipo de residuos debe ser garantizado por decenas de miles de años hasta que la radiactividad baje lo suficiente como para que dejen de ser peligrosos.
b) Residuos de media o baja actividad.- Emiten cantidades pequeñas de radiación. Están formados por herramientas, ropas, piezas de repuesto, lodos, etc. de las centrales nucleares y de la Universidad, hospitales, organismos de investigación, industrias, etc.
El desmantelamiento de las centrales nucleares produce grandes cantidades de residuos radiactivos de los dos tipos. Las centrales envejecen en 30 o 40 años y deben ser desmontadas. Los materiales de la zona del reactor son residuos de alta actividad en gran parte y otros muchos son de media o baja actividad.
Una central nuclear suele estar en funcionamiento de 25 a 40 años, momento en el que van surgiendo graves problemas de corrosión de la vasija del reactor. Cuando terminan su vida útil estas instalaciones no pueden ser desmanteladas o demolidas sin más, ya que muchas partes son altamente radiactivas.
Cuando una central ha sido cerrada hay varias posibilidades.
Una primera es dejarla custodiada por la compañía que la ha explotado durante un largo periodo de hasta 100 años, esperando a que disminuya la radiación y sea más seguro su desmantelamiento.
Otra opción es cubrirla totalmente de hormigón, como se ha hecho con Chernobyl, aunque esta técnica es muy poco segura porque esta "tumba" tendría que permanecer sin fisuras durante cientos de años, cosa que es imposible de garantizar.
Una tercera opción es la más adecuada y ha sido ya utilizada en varias plantas pequeñas. Consiste en desmantelar la planta, llevando los materiales contaminados a almacenes de residuos radiactivos. Para hacer esta operación son fundamentales equipos de protección para los trabajadores y uso de robots especialmente diseñados.
Producción de residuos radiactivos en España
En España funcionaban 9 reactores nucleares a finales de 1996 y casi 2000 instalaciones nucleares o radiactivas.
En esas fechas se habían acumulado unas 1500 toneladas de residuos de alta actividad que se guardan en las piscinas de las centrales nucleares. Ahí permanecen refrigerados en agua que retiene su radiación. Con las centrales actuales funcionando el tiempo que tienen previsto se llegarían a producir unas 6700 toneladas de residuos de alta actividad.
Entre residuos de media y baja actividad se habían acumulado hasta finales de 1996 algo más de 20 000 m3.
Gestión de los residuos radiactivos
Algunos residuos de baja actividad se eliminan muy diluidos echándolos a la atmósfera o las aguas en concentraciones tan pequeñas que no son dañinas y la ley permite. Los índices de radiación que dan estos vertidos son menores que los que suelen dar muchas sustancias naturales o algunos objetos de uso cotidiano como la televisión.
Los residuos de media o baja actividad se introducen en contenedores especiales que se almacenan durante un tiempo en superficie hasta que se llevan a vertederos de seguridad. Hasta el año 1992 algunos países vertían estos barriles al mar, pero ese año se prohibió esta práctica.
Los almacenes definitivos para estos residuos son, en general, subterráneos, asegurando que no sufrirán filtraciones de agua que pudieran arrastrar isótopos radiactivos fuera del vertedero. En España la instalación preparada para esto es la de El Cabril (Córdoba) en la que se podrán llegar a almacenar hasta 50 000 m3 de residuos de media y baja actividad.
Los residuos de alta actividad son los más difíciles de tratar. El volumen de combustible gastado que queda en las centrales de energía nuclear normales se puede reducir mucho si se vuelve a utilizar en plantas especiales. Esto se hace en algunos casos, pero presenta la dificultad de que hay que transportar una sustancia muy peligrosa desde las centrales normales a las especiales.
Los residuos que quedan se suelen vitrificar (fundir junto a una masa vítrea) e introducir en contenedores muy especiales capaces de resistir agentes muy corrosivos, el fuego, terremotos, grandes colisiones, etc. Estos contenedores se almacenarían en vertederos definitivos que deben estar construidos a gran profundidad, en lugares muy estables geológicamente (depósitos de arcilla , sales o macizos graníticos) y bien refrigerados porque los isótopos radiactivos emiten calor.
Se están estudiando varios emplazamientos para este tipo de almacenes, pero en el mundo todavía no existe ninguno, por lo que por ahora, la mayoría de los residuos de alta actividad se almacenan en lugares provisionales o en las piscinas de la misma central.
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